Potencial Eléctrico renovable en américa latina es 22 veces mayor a la demanda regional esperada a futuro
América Latina y Caribe (LAC) tienen un potencial eléctrico renovable 22 veces mayor que la demanda de la región esperada en 2050, lo que hace de ella un foco importante para la inversión. Así lo indicó Adrián Moreno, consultor de la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) en el masterclass organizado en junio por IMF Smart Education, ‘Energías renovables en LAC: un sector con grandes oportunidades’. De acuerdo a datos estadísticos, en 2018, a nivel mundial se invirtieron más de 272.000 millones de dólares en tecnología aplicada a la energía solar y eólica, lo que demuestra la tendencia mundial en apostar por estas tecnologías como soluciones para reducir los GEI del sector eléctrico. En la región esto se ve reflejado con más de 25.000 MW instalados en energía eólica y más de 10.000 MW instalados en energía solar fotovoltaica. LAC tiene “un gran potencial de crecimiento gracias a la abundancia de sus recursos renovables que ofrecen perspectivas muy beneficiosas para el mix energético”, aseguró.
En la sesión, moderada por José Javier Alonso, coordinador del Área de EE.RR. de IMF y profesor en el Máster en Energías Renovables, Moreno analizó la participación de las energías renovables en la producción de energía en LAC, revisó los principales esquemas financieros y de inversión implementados para el desarrollo de estas energías e identificó los principales retos y barreras existentes que impiden potenciar un mayor crecimiento del sector. Según el experto, “es una región con un gran potencial de crecimiento gracias a la abundancia de sus recursos renovables que ofrecen perspectivas muy beneficiosas para el mix energético”, lo que se suma a que solo genera un 5% de las emisiones globales de CO2 y hace de la región un candidato a convertirse en un gigante verde.
“El desarrollo de energías renovables es la mejor opción para satisfacer la creciente demanda del sector eléctrico sin aumentar las emisiones de gases de efecto invernadero y evitar el bloque de tecnologías intensivas en carbono”, explicó. No obstante, y a pesar de que los recursos geotérmicos existentes son muy elevados, sobre todo en la zona Central, en estas regiones hay pocas instalaciones ya que tienen elevados valores de inversión. “Sin embargo, se espera que en el medio y largo plazo esta tecnología tenga un peso mayor en el mix energético de América Latina y Caribe”.
Respecto al uso de combustibles fósiles, se prevé que para 2050 hayan desaparecido por completo. “El objetivo es que estas fuentes sean reemplazadas por energías renovables convencionales o no convencionales para beneficio medioambiental y económico, al reducir los altos costes que requieren en este último caso”, añadió el consultor de OLADE.
En el caso concreto del Caribe, puntualizó que “los sistemas fotovoltaicos independientes son un medio para lograr, no solo la posibilidad de electrificar sino de potenciar también un desarrollo económico y social en áreas remotas o aisladas”.
El experto en energías renovables también explicó que en los últimos años se ha producido una reducción de los precios de las tecnologías para las renovables que ha permitido incrementar en gran medida la participación de estas fuentes en la región gracias a unos valores operativos más asequibles. Este éxito, tal y como aseguró Adrián Moreno, se debe a la implementación de diferentes mecanismos financieros y de inversión que dependen de los marcos regulatorios y legales de cada país. Ejemplo de ello es el esquema PPA (Power Purchase Agreement), fundamental para el crecimiento de las energías renovables y las subastas de energía.
Como colofón, destacó las cuatro barreras principales para el desarrollo de las energías renovables. La primera de ellas gira en torno a aspectos políticos y está relacionada con la debilidad institucional en algunos casos, la inseguridad jurídica o las trabas burocráticas, frente a las que expuso la necesidad de poner en marcha políticas gubernamentales a largo plazo que trasciendan los periodos de gobierno.
Otras de ellas serían las limitaciones de carácter regulatorio y normativo, ante las que apostó por reformas que impulsen un escenario de mayor participación de fuentes renovables y de generación distribuida. También resaltó en tercer y cuarto lugar aquellas relacionadas con infraestructuras, sistemas de transmisión y con las propias limitaciones de los proyectos, como las dificultades para el uso del suelo o las relacionadas con las comunidades locales.
Por último, indicó la importancia de incentivar las conexiones regionales y los intercambios internacionales entre países como una vía para incrementar la participación de las energías renovables complementarias, lo que provocaría, incluso, la reducción de los costos de estas tecnologías, así como los operativos de los sistemas.
Fuente: www.solarnews.es